Yo le pillé un asco inmenso a las latas de caballa y atún. Cada vez que mi chico abría una, me daban ganas de vomitar. Todavía me provoca arcadas el olor ese asqueroso a aceite y pescado de lata. La comida rápida ni de lejos, ni tampoco el chocolate...
En el segundo trimestre me entró obsesión con las manzanas (me comía como 5 al día) y con el pollo rebozado...
Las aceitunas se ve que son un antojo recurrente