Para las embarazadas que tenemos y amamos a los animales

vaquerosa

rocan, estoy totalmente de acuerdo contigo, hasta me has emocionado con la historia...ainssss...
cuando me quedé embarazada Balto solo tenía un añito y habia sido un perro trasto, trasto, trasto...no os podeis imaginar...fue quedarme embarazada y el perro dar un cambio radical.
Cuando tuve a Lucía lo que hicimos fue dejar que la oliera y seguimos con su misma rutina, intenté que todo fuera exactamente igual que antes de que la niña estuviera con nosotros, con los mismos horarios, al principio fue duro, porque habia dias que me las veia y me las deseaba para cumplir con los horarios de la niña y del perro. Pero Balto entendió perfectamente que habia un miembro nuevo en la "manada", pero que su vida iba a seguir siendo la misma (de buena..jejejee).
Nunca me ha tocado nada de la niña y le respeta su espacio...Balto es un perro de 30 kilos, vamos, que no es un perro pequeño...y mi hija lo quiere con locura (el perro no quiere verla ni de lejos, porque está hartó de pellizcos y jalones de rabo...jejejeje, pero el pobre lo lleva con paciencia, que le vamos a hacer..jejejeje).
A mi también me preguntaban cuando me quedé embarazada qué iba a hacer con el perro...y yo contestaba con muy mala leche...¿pues qué voy a hacer?se queda en casa, igual que está ahora....ainsssss...
Lo que quiero decir, que con un poco de esfuerzo la convivencia es posible...y maravillosa...